El lago Carezza (Karersee en alemán) es tan bonito que te voy a aburrir esta semana con distintas vistas de nuestro paseo alrededor. En un paseo de unos veinte minutos, a cada paso te asomas entre los árboles y tienes una vista distinta, a cual más espectacular. En este caso una panorámica formada por 17 tomas verticales, cosidas y reveladas en lightroom. Esta otra panorámica de 14 verticales, con piedras en el primer plano y luz más lateral.
Te dejo con la última panorámica del Lago Carezza, 17 tomas verticales para conseguir capturar todo el lago y sus orillas en una sola imagen. Tengo más pero hay que seguir viaje. Llevo desde primeros de Septiembre subiendo fotos (ya son más de cien) y sólo voy por el tercer día. Me voy a Londres en dos semanas y se me acumula el trabajo. Adiós Carezza. Una preciosidad.
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Vamos a ver ese lago. Con la focal que llevaba (24-70mm) en un sensor APS-C con factor de multiplicación 1,5, no es posible capturar toda la belleza del lago Carezza en un sólo disparo, así que hice muchas panorámicas. Empezando por el cielo azul del atardecer y las cumbres del grupo Latemar bañadas por las últimas luces del sol, hasta con la Luna presente en cuarto creciente En la parte central, ese bosque de coníferas que rodea al lago Y en el plano inferior, esas aguas verdosas reflejando bosque montañas y cielo. Con esos tres planos, y "cosiendo" una panorámica vertical, consigo mostrar el conjunto en todo su esplendor. Con este lago Carezza ya quedaron cubiertas mis expectativas. Estuve allí solo, el lago tenía agua, un agua inmóvil en perfecto espejo, la mejor luz del día, de una belleza espectacular. Atrás quedaron el seco lago Límides, el frustrado lago Sorapis, y el pequeño lago Troier con la caminata. Ahora sí, Ya estoy satisfecho. Eso es todo?. Que va, aún tuvimos la suerte de contemplar un buen número de lagos casi tan bonitos como éste. Pero eso será otro día. Te dejo con la panorámica completa.
El tercer día en los dolomitas llega a su fin. Ha sido una jornada estupenda, pero es hora de regresar.Camino de nuestro apartamento en Alleghe aún nos espera una sorpresa.
Vamos por una carretera que atraviesa un bosque. A la izquierda indica "parking". Pasamos junto a un horrible edificio de hormigón con centro comercial, cafetería, souvenirs, etc. Al fondo unas barreras (ahora levantadas) nos abren el camino a una enorme explanada, completamente desierta. Los locales de la entrada están cerrados, y tan sólo un par de empleados de la limpieza deambulan por allí. Cruzamos la carretera y tan sólo dos motos y un coche están aparcados en la orilla. Atravesamos los árboles y el lago Carezza nos muestra su mejor cara en pase privado y exclusivo. El ocaso está cerca y los últimos rayos del sol tiñen allí arriba de tonos cálidos las cumbres del grupo Latemar, con más de 2500m de altitud. El bosque circundante ya se encuentra casi en penumbra. Ni una ligera brisa convierte el lago en un espejo perfecto, reflejando las montañas y bosque sobre esas aguas de un intenso verde provocado por las algas del fondo. Y encima estamos completamente SOLOS!!!!!!. Ese regalo no es casual. A las horas "punta", este lago es una auténtica romería. Pagas el parking (que está a tope), y los alrededores del lago soninsoportables. Turistas ruidosos por todas partes, algunos incluso invadiendo la cerca que intenta impedir que se acerquen al agua, mala luz, superficie del agua completamente opaca por el viento. Una auténtica pesadilla que cada día sufren un montón de turistas. Los fotógrafos de paisaje están allí al alba, también solos y con el agua en calma, e incluso a veces pillan un poquito de niebla y un cielo parcialmente nublado y teñido de rojo. Nosotros elegimos el ocaso, cuando ya han marchado todos, y encima tuvimos la suerte de pillar el momento del sol iluminando las cumbres. El paseo alrededor del pequeño lago, embelesado en sus aguas verdosas y esos reflejos, entre árboles, en silencio, una experiencia inolvidable. Viajando sin guías. Como a mí me gusta. Y ahora dirás: dónde están las fotos?. Prefiero que dejes volar tu imaginación y construyas el paisaje con tu mente. Mañana yo te lo enseño. Bueno. Aquí tienes el puto lago.
Que por qué soy tan brusco?. Mira la entrada de ayer: http://viajasinguia.weebly.com/viajando-sin-guiacuteas/dolomitas-diario-de-viaje-dia-3-llenar-el-ojo-antes-que-el-papo-o-como-pasarlas-canutas-por-calcular-mal Ahora en serio, el lugar es bonito, pero no merecía el esfuerzo de subir con la lengua fuera desde allí abajo hasta el refugio Seceda. Te dejo con una más cerca, con el capullo incluido en la foto. Menos mal que después disfrutamos de lagos mucho más bonitos...... Llegamos a Ortisei y tomamos el telesilla Seceda para comernos los bocatas en el parque natural de Puez - Geisler. Ida y vuelta son 30€ (un poco caro si comparamos las alturas de Marmolada o Tofana, pero este paisaje lo merece). Durante el agradable "paseo" en telesilla, sobrevolamos los pastos y cabañas, con los ganaderos segando y recogiendo la hierba para los pajares (en cuatro días esto estará cubierto de nieve). Ya estamos arriba. Te imaginas comiéndote el bocata tumbado en esa inmensa pradera, con el refugio Seceda a la derecha, el amplio valle alpino a tus pies, descendiendo hasta Santa Cristina de Valgardena, con esas casitas y pequeños lagos de montaña diseminados entre los prados?. Al fondo, a la derecha, el macizo del Sassolungo, seguido del Grupo Sella, y a la izquierda las agujas del Puez-Odle. En esta ultra panorámica puedes verlo todo de un vistazo. Con tanta panorámica seguro que no aprecias bien los detalles, así que nos vamos a acercar un poquito para que lo veas mejor. Las chovas piquigualdas nos acompañan esperando que caiga un trozo de pan. En los refugios, los italianos y turistas toman el sol en hamacas mientras toman cerveza. Nosotros la tomaremos esta tarde, después de dar un paseo por esos prados......
Seguimos subiendo el puerto del Sella y al llegar a esta curva nos detenemos de nuevo. Con más altura las vistas son aún mejores, y toca otra panorámica gigante. Además de la curva en primer plano por la que pasan tumbados los motoristas, a la izquierda el Grupo Sella, al fondo la Marmolada, y a la derecha ya vemos la cumbre del puerto con el refugio Maria Flora y las impresionantes agujas del grupo Sassolungo.
Coronamos el puerto sin detenernos y descendemos hacia Ortisei para tomar el teleférico Seceda al valle alpino del parque natural Puez Geisler. Los puertos de montaña en Dolomitas no son sólo el "passo" de un valle al siguiente. En sí mismos son todo un espectáculo. Superando altitudes superiores a los dos mil metros, conducir por ellos es toda una experiencia. Un paisaje espectacular te rodea en todo momento, curvas de 180º, paredes imposibles, altas cumbres, motos, bicicletas, parapentes, alpinistas. Si tienes un presupuesto reducido y no te puedes permitir los teleféricos, tan sólo con recorrer estos puertos te dejará sin habla. A lo lejos el glaciar de la Marmolada. Sobre tu cabeza, el impresionante grupo Sella, con la destacada mole del Piz Ciavaces con ese escalón a casi tres mil metros, Cada curva cambia el paisaje, y rápidamente me tiro a la cuneta con la furgo, me bajo corriendo cámara en mano y click, click, click, click. Una panorámica. Seguimos subiendo. Ya te he contado que los moteros disfrutan como niños en estos puertos de montaña. En coche te puedes llevar algún susto al coincidir con ellos en esas tornantes, pero trazar esas curvas con semejante paisaje tiene que ser una pasada.
9 de la mañana. El parking de Malga Ciapela está casi vacío. Tomamos el primer teleférico, que nos llevará desde los 1.450m hasta los 3.265m en el refugio de Punta Rocca. Son 30€ ida y vuelta, pero merece la pena.
Allí arriba, en la terraza del refugio, hay 4ºC, pero estoy en manga corta. El espectáculo que se divisa desde ese privilegiado mirador hace que me olvide del frío y de todo. Mires donde mires se pierde la vista montaña tras montaña. Con un cielo raso y sol radiante aún bajo, los profundos valles permanecen oscuros con la luz comenzando a inundarlos. Una pasada. Quiero que te fijes en la grieta del glaciar, y para que te hagas una idea de su tamaño mira la máquina de orugas roja que hay a la izquierda. No es el glaciar más grande que he visto, pero es igualmente impresionante. Habrá que bajar ahí a pisar hielo (con mucha precaución....) Mañana seguiré mostrándote panorámicas inabarcables desde el techo de los dolomitas. Como todos los días, madrugón y parada en Caprile a comprar el pan. Las chicas ya se han "soltado" con el italiano y hecho migas con la panadera, que les vende además de los panes para bocatas unos "cuscurrinis" de aperitivo.. Hoy la atracción "fuerte" es la Marmolada, techo de los dolomitas. El primer teleférico sube a las nueve, pero de camino vamos a visitar un bonito rincón.
Antes de las ocho de la mañana llegamos a Sottoguda. Típico pueblecito alpino, con sus casitas de madera, balconadas repletas de flores, todo de postal. Os habéis fijado cómo cuidan el aspecto de sus casas?. Hasta las leñeras para el invierno tienen los troncos y astillas cortados exactamente iguales, y colocados con precisión alemana y estética italiana. En las primeras casas del pueblo varios forjateros exponen sus obras en el exterior. Espectaculares forjas de aves, dragones, muy originales. El estrecho Serrai de Sottoguda, con apenas un par de kilómetros de longitud, es un paseo que no debes perderte. Y si además madrugas como nosotros, podrás hacerlo en silencio y tranquilidad, sin pagar entrada, sin trenecito turístico ni hordas de japoneses. En sus paredes, en invierno, se forman unas espectaculares cascadas de hielo, delicia de los escaladores, que no podemos contemplar con este tiempo primaveral que tenemos. Ida y vuelta por el mismo camino no te llevará más de media hora, caminando entre esas estrechas paredes, con el sonido del pequeño río que discurre a tu lado. Juegos de luces y sombras a esas primeras horas de la mañana (difícil luz para la fotografía) y vuelta al pueblín que poco a poco va despertando. Vamonos, La marmolada nos espera. Quiero recordarte la foto de ayer para que tengas idea de dónde estábamos. Estamos en el refugio Frezzia nel Cielo (la flechita azul). Nuestro siguiente objetivo es la flechita roja. Alto eh? Acabamos de comer y nos atrevemos a explorar un poquito más arriba. Bego se queda tomando el sol en unas cómodas hamacas. Los demás inician el camino de subida. Yo me quedo rezagado haciendo fotos. Al final decido subir tras ellos. LLego a un punto donde aparecen los primeros cables de ayuda. Se trata de un camino con buen firme y suficientemente ancho, pero el miedo es libre y la caída que se adivina a la izquierda es mucho para mi. Me quedo en un banco a contemplar el paisaje. No voy a arriesgarme. O si. Mis compañeros vuelven. Pedro, tienes que ver esto. El mirador al otro lado es una pasada. Es muy fácil. Me atreveré a subir?. Mañana te lo cuento
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Viajando sin guíasUn blog para viajeros alérgicos a las colas y los souvenirs. Si te gusta viajar barato y conocer a fondo las ciudades, este es tu blog. Pedro FerrerViajero, fotógrafo, senderista, buceador y aficionado a la cerveza. Categorías
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Marzo 2020
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