Dejamos atrás el pueblo bereber y continuamos ascendiendo por el valle de Ourika. La cerámica comparte espacio en las orillas con algún reclamo publicitario, camellos para los turistas y talleres de artesanía a pie de carretera. Nuestra siguiente parada es la inevitable cooperativa de aceite de argán. Un chiringo montado para explotar a los turistas pero que nuestro chófer Najim ha querido incluir en su ruta (supongo que a cambio de la correspondiente comisión). A mi no me va el asunto pero mi compañero de viaje pica y se lleva una botellita del preciado líquido oleoso, que lo mismo sirve para curar enfermedades que para hacerte la más bella del pueblo. Incluso para comer, es de uso universal oye.
Seguimos monte arriba y llegamos al bullicioso y pintoresco pueblo de Setti Fatma, a orillas del río Ourika y antesala de nuestro pequeño paseo en el Atlas. Estamos fuera de temporada, pero el río sigue repleto de mesas de restaurantes que proponen al turista refrescarse comiendo en mitad del cauce, rodeado por frescas aguas. Dejamos a nuestro chófer comiendo y nos dirigimos hacia el sendero de las siete cascadas de Ourika.
0 Comentarios
Ascendiendo por el valle de Ourika, nuestro próximo destino en la excursión por el Atlas, hacemos una parada en una aldea bereber. Nuestro chófer Najim nos guía a través de las empinadas callejuelas hasta una casa donde nos reciben amablemente, ofreciéndonos un té y una visita a toda su casa. En realidad es una parada turística donde todos los guías llevan a sus rebaños, pero en esta ocasión la oportunidad de ver cómo vive el pueblo bereber fue interesante. Con muros de adobe, sin agua corriente ni luz eléctrica, varias generaciones de la misma familia conviven en esa vivienda colgada en escarpada ladera de la montaña. Una vida dura que ellos llevan con una sonrisa en los labios y una hospitalidad que sorprende para un europeo acostumbrado a mantener la distancia con los desconocidos.
Me resultó curioso ver la foto de su rey en la pared, y al parecer es habitual. Lo que no me quedó claro es si son monárquicos convencidos o están un poco obligados a ello. La artesanía de este pueblo es admirable. Su famosa cerámica es muy llamativa. Durante la ascensión a Ourika, decenas y decenas de kilómetros con todo tipo de vasijas, desde los sencillos recipientes que utilizan para cocinar el tajín, hasta sofisticados y coloridos jarrones, miles y miles de piezas se asoman en ambas orillas de la carretera. No creo que los turistas carguen con esas piezas en el avión, así que supongo que se trata de mercado interno. |
Viajando sin guíasUn blog para viajeros alérgicos a las colas y los souvenirs. Si te gusta viajar barato y conocer a fondo las ciudades, este es tu blog. Pedro FerrerViajero, fotógrafo, senderista, buceador y aficionado a la cerveza. Categorías
Todos
Archives
Marzo 2020
|