Año Nuevo. Ya te has levantado, con un poquito de resaca y mucho sueño. Desayunas algo rico y dulce que sobró de la Nochevieja, "Conectas" con el palacio de la ópera de Viena y pasas la mañana al compás de polkas, valses y demás composiciones de los hermanos Strauss.
Es la hora de comer. Es la hora de los saltos de esquí. No sigues el deporte en todo el año, ni tienes idea de quién compite, pero es tradición contemplar ese enorme trampolín helado de Garmish-Partenkirchen, en Alemania. No estamos allí, pero sí muy cerca, en uno de los cuatro trampolines que forman el torneo. El Bergisel Schanze de Innsbruck. Diseñado por Zaha Hadid, una de mis arquitectas favoritas, subir a la torre y mirar esa pista que tienes allí abajo. Imaginar lanzarte con unos esquíes a toda velocidad y volar más de cien metros..... bufff. Impresiona. En este lugar llevan cien años saltando, y tiene una particularidad que lo hace único. Fíjate la vista que tienen los saltadores cuando vuelan........ directos al "cielo".
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Viajando sin guíasUn blog para viajeros alérgicos a las colas y los souvenirs. Si te gusta viajar barato y conocer a fondo las ciudades, este es tu blog. Pedro FerrerViajero, fotógrafo, senderista, buceador y aficionado a la cerveza. Categorías
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Marzo 2020
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