Los refugios. No voy a contarte cada refugio que visitamos en los dolomitas con tanto detalle, pero este primero de Lagazuoi me sirve para ilustrar una de las singularidades que hacen de estas montañas tan especiales y agradables. En cada valle, en cada cumbre, promontorio, elevación, mires donde mires, siempre encuentras dos cosas: un medio mecánico de elevación (teleférico, telesilla, funicular) y un refugio de montaña.
La situación de estos refugios es privilegiada. Con unas vistas para quitar el hipo, colgados sobre paredes verticales de roca, estos refugios ofrecen allí arriba algo que siempre agradece uno en la montaña. Si el día está frío y lluvioso, una taza de café caliente y un apfelstrudel para entrar en calor junto a la chimenea de leña, observando el azote de la tormenta a través de los cristales. Y si el día es luminoso y cálido, una buena cerveza de barril en la terraza con las mejores vistas del mundo. La mayoría también ofrecen alojamiento (mas bien tosco, de montañero, sin remilgos) pero para un uso de senderista es un auténtico lujo disfrutar de estos refugios en esas alturas, a mitad de la ruta. Las cervezas pueden parecer un poco caras (unos 5 euros el medio litro); pero teniendo en cuenta que la tienen que subir allí arriba, y con lo que se disfruta un buen trago con ese panorama..... merece la pena.
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Viajando sin guíasUn blog para viajeros alérgicos a las colas y los souvenirs. Si te gusta viajar barato y conocer a fondo las ciudades, este es tu blog. Pedro FerrerViajero, fotógrafo, senderista, buceador y aficionado a la cerveza. Categorías
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Marzo 2020
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